
Esa anécdota viene siempre a mi memoria al releer la porción bíblica que aparece en Mateo 13:33 y la cual dice: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado. Jesús extrajo esta y otras parábolas de la vida cotidiana de su época. Todo lo utilizaba para llevar una enseñanza a sus oyentes. Lo extraño con esta parábola en particular es que, para los judíos, la imagen de la levadura era utilizada como sinónimo de algo podrido o pecaminoso. Tal fue el uso que le dio el apóstol Pablo en algunas de sus cartas. Pero Jesús era un maestro excepcional, quien tuvo la habilidad de atraer la atención de sus lectores utilizando fuentes insólitas, exageraciones y frases inesperadas. Su intención en este caso de la levadura era explicar el poder transformador de la levadura y compararlo con el poder transformador de su evangelio. Todo el mundo sabía que si no se le echa levadura a la masa de pan, lo que se obtiene al hornearla es algo así como una galleta bastante dura.

La respuesta es simple: una cosa es el cristianismo y otra cosa es la cristiandad. El cristianismo propulsa un evangelio que es un conjunto de valores trascendentales, como lo son: la libertad, la justicia, la verdad y el amor en todas sus manifestaciones. Son cosas que ningún ser humano puede otorgarle a otro. Eso viene desde lo alto y es algo que nos lleva a erradicar el egoísmo y el hedonismo y a sacrificar nuestra comodidad para proceder a favor del prójimo. La salvación que propulsa el evangelio vence al miedo y nos hace actuar correctamente aunque eso signifique perder posiciones dentro de las estructuras organizacionales, cosas materiales y aún la vida misma. Pero la cristiandad es la cultura que surge del cristianismo. Cultura es todo aquello que es creado por el ser humano. Por tanto, es algo dinámico que va cambiando según las exigencias y las particularidades del ambiente. Eso provoca que no solamente una cultura llegue a influenciar a otra cultura, sino que la lleve a su extinción.
La cristiandad, como cultura, ha sufrido innumerables cambios a través de su historia. Las luchas de poder que se forman dentro de sus organizaciones y las intransigencias de algunos de sus líderes para atemperar sus dogmas y valores morales a la realidad de la vida son las causas principales de la ruptura entre grupos religiosos. Por esa causa es que existen tantas denominaciones cristianas y diversos grupos religiosos. Aún dentro de la propia Iglesia Católica se da este fenómeno. En ocasiones, la iglesia cristiana institucional se deja influenciar por el ambiente malsano que la rodea. De esa manera, sus mensajes se convierten en galletas duras, difíciles de tragar. El resultado ha sido siempre negativo.
Pero aquellos que queremos ser verdaderos cristianos y discípulos de Cristo tenemos que imitar el ejemplo de Jesús y hacer como hizo mi marido con la masa de pan que llevó a su hogar; Hay que estar dispuestos a vencer todo obstáculo y a perder aún la cota para lograr hornear el mejor pan que nadie se haya comido jamás.
2 comments:
Excelente! Disfruto mucho estas lecturas. Siga adelante. Milagritos
Me encanto!!!
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