Monday, October 3, 2011

Puede que tu familia sea modelo y no te has dado cuenta...


El programa de televisión “I Love Lucy” atrapó la audiencia en los Estados Unidos y Puerto Rico durante los años cincuenta. Mi mamá y yo esperábamos con ansias su transmisión para reírnos a carcajadas de las ocurrencias de Lucy, una norteamericana seso hueca,  pero dedicada por entero a su hogar.  Ricky era un cubano-americano, músico de profesión. En la serie se lidiaban con los choques culturales, pero sin caer en el error de discriminar contra nadie en particular. Los Arnaz intentaban representar la familia de la clase media estadounidense en sus años dorados. Para entonces, las esposas no trabajaban fuera de sus hogares. Vivían en una bonita casa dentro de comunidad protegida. En otras palabras, los Arnaz representaban el icono  de la familia del sueño americano. Pero a decir verdad, tal modelo familiar estaba  muy fuera de la realidad. Las familias estadounidenses de aquella época atravesaban por múltiples problemas. Un ejemplo de ello fue el propio caso de los protagonistas del citado programa. Desi Arnáz y Lucille Ball  fueron marido y mujer en la vida real quienes terminaron divorciándose.  De esta forma llegó a su final aquel modelo familiar que representaron durante una década.

Décadas después, sale al aire la serie llamada “Desperate Housewive”. La temática es diferente a la de I Love Lucy porque tipifica otros modelos familiares muy diferentes a los presentados en los 50’s. Encontramos a las madres solteras que tienen que lidiar con la problemática de  hijos adolescentes; la madre sobre protectora que llega a anular al marido y a castrar a sus hijos; la esposa cabeza hueca altamente consumista; el marido que le es infiel a su esposa y viceversa; la pareja de homosexuales que vive siendo víctima de la críticas y del discrimen; y así por el estilo. ¿Por qué traigo este asunto a discusión? Porque los dramas que se presentan en esta serie, aunque en ocasiones muy fantasiosos, son reflejo de la realidad social que se vive en todos los países del mundo. La composición familiar es compleja, igual que los problemas que se sucintan dentro de la misma. Según lo veo, esto dificulta el trabajo de las agencias gubernamentales para fiscalizar y pasar juicio sobre el comportamiento familiar. No creo que se pueda llegar a un consenso en cuanto a un modelo familiar. Esto es una utopía.

La Iglesia Católica Romana ha tratado por siglos en crear un perfil de la familia modelo. Pero los intentos han sido en vano. La realidad es que las narraciones bíblicas dan al traste con esa tentativa. Comencemos con el Antiguo Testamento. Adán y Eva tuvieron dos hijos que por lo visto no se llevaban muy bien. Caín mató a su hermano Abel y por esa causa tuvo que vivir errante. Abraham, el padre de la fe, se dejó influenciar por su mujer al punto de engendrar a un hijo para complacerla. La mujer no sabía el significado de la maternidad. Sólo quería estar a la par con las exigencias sociales de su época. Por las mismas imprudencias de su mujer, Abraham terminó por desechar a Ismael. ¡Que padre tan amoroso! Isaac tuvo dos hijos, pero de las narraciones se desprende el favoritismo que surgió dentro de esa familia. Jacob era el favorito de Rebeca y Esaú era el favorito de Isaac. La enemistad entre esos hermanos duró años y nunca logró sanarse completamente. Jacob tuvo hijos de diversas mujeres y eso provocó una gran intriga familiar que llevó a los hermanos mayores hasta el acto de vender a su hermano José como esclavo. Nuevamente, la causa fue el favoritismo. Si nos remontamos a la época de la monarquía, las experiencias familiares fueron peores. Tomemos el caso de David, quien fue locura con su hijo Absalón al punto de mimarlo en exceso. Las mujeres de David causaron miles de problemas dentro del ambiente real. Inclusive, Salomón no fue el hijo favorito de David, sino un premio de consolación para una de sus mujeres. Eso causó la ira de Absalón, quien provocó un golpe de estado contra su padre.  En otras palabras, la Biblia nos presenta cuadros sobre el comportamiento de familias disfuncionales.
 
El Nuevo Testamento tampoco nos ofrece un modelo familiar único. El apóstol Pablo intentó hacer uno, pero él nunca se casó y sólo vivió para su ministerio. Pero por algo dijo que era mejor quedarse soltero que casarse. No fue un rechazo al matrimonio sino una advertencia de que mantener unas relaciones de parejas como Dios manda es algo que consume tiempo, esfuerzo y mucha paciencia. ¿Y qué del dinero? Hace falta, pero recuerden que el dinero compra una casa, pero no un hogar. Por el contrario, el exceso de dinero es uno de los muchos motivos de crisis familiares. Tampoco existe claridad en cuanto a la composición del hogar de Jesús. Este es un asunto de mucha controversia y bastante especulación y me falta espacio para discutirlo. Pero definitivamente que su hogar no fue tradicional. Me hace pensar el pasaje que narra la experiencia cuando la madre y los hermanos de Jesús fueron a buscarlo. Jesús hizo un comentario que parece un desprecio a su familia cuando dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen (Lucas 8:21).  Para mí, esas palabras tienen un significado bien profundo. Nos permite entender que el concepto de familia no es asunto de parentesco, sino de tolerancia, respeto y desprendimiento. Jesús se desprendió de su familia sanguínea para servir a la humanidad entera.

Todos estamos de acuerdo en que la familia es el grupo social más importante. Pero tenemos que dejar la tendencia de idealizar su composición, así como la conducta de sus miembros. Tal cosa nos lleva a la comparación, lo que estimula la envidia y hasta el odio. Es responsabilidad de todos trabajar en pro del bienestar de nuestras familias. El gobierno es responsable de crear leyes que protejan a sus miembros.  Las leyes son necesarias para mantener el orden, pero hemos visto que no resultan del todo eficaces para combatir el maltrato dentro de los hogares. El trabajo de un departamento que se dedica a atender los casos familiares debe estar dirigido mayormente a la prevención, no al castigo. Se impone que tanto el gobierno como los grupos sociales y religiosos desarrollen programas de orientación para cada uno de los miembros de las familias. Creo que a todos nos vendrían muy bien el desarrollo de guías y seminarios encaminados a  ejercer los principios esenciales de la sana convivencia familiar. Eso es una prioridad para estos tiempos de crisis.

Concluyendo, si existe armonía entre los miembros de una familia (entiéndase por esto ser tolerantes en medio de las diferencias que siempre existirán) tienes una familia modelo y posiblemente no te has dado cuenta.

3 comments:

Sin apología said...

Me alegra que analizaras el tema de la familia porque realmente debo confesar que los modelos tradicionales a los cuales la Iglesia se empeña en servir, representar y utilizar como modelos únicos me producen incomodidad porque excluyen modelos no tradicionales que tod@s sabemos existen en nuestra sociedad. Si existen entonces debemos proveerles cuidado pastoral, debemos acompañarles en la jornada y debemos hacerles visibles.
Hogar es donde hay una familia unida por amor y compromiso. Este hogar puede ser de madres o padres solter@s. Este hogar puede ser de dos madres unidas con amor o dos padres. Los géneros de quienes componen el núcleo es irrelevante. Cuando dejemos de ver el género sexual, y veamos a los seres humanos que componen esa familia, seremos capaces de ser como Jesús... compasiv@s, afirmativ@s y revolucionari@s extendiendo los límites del amor, la justicia y la paz.
¡Qué vivan TODAS LAS FAMILIAS!

-Rev. Dámaris E. Ortega

Jennie Garcia said...

Wow!! Ambas me dieron mucho a pensar. Muchas veces yo me pongo a pensar que puedo ser mejor mama si trabajara y atendiera a mis hijos como hacen muchas y a veces me hace sentir peor. POrque aunque no descanso en todo el dia por estar con mi hija de dos a~os, limpiar, cocinar, etc. siento que estoy haciendo "menos" que las madres que trabajan y en realidad deberia enfocarme mas en que lo que estoy haciendo funciona para mi familia.
Y la sociedad te "empuja" a encajar en un modelo de familia que es poco comun. Por ejemplo tengo una hija y eso es todo lo que quiero y necesito por el momento pero la gente a mi alrededor se empen~a en que mi hija necesita un hermanit@. Si para mi funciona, porque a los demas que no los cuidan ni los mantiene les molesta? Porque el "modelo" segun la sociedad es mama, papa, nena y nene. Me encanto tu comparacion con la Biblia porque ni ellos podian tener un modelo perfecto. Tremenda manera de explicar los diferentes nucleos familiares.

Unknown said...

Excelente articulo!! Sobre todo porque a cada rato abrumo a Miguel con la pregunta... Tu crees que somos una familia aunque no tengamos hijos? La repuesta de el si, tenemos tres jajajaja!!!! Pero ciertamente la sociedad empuja a uno a encajar en ciertos estereotipos que definitivamente no son el componente principal de la felicidad. Leyendo esto me doy cuenta de que estamos haciendo las cosas bien.

Un beso y un abrazo de tu hija querendona (y no por eso preferida... por si los otros me quieren matar o vender LOL!)