Monday, July 11, 2011

Desde mi finquita - Parte 3

     Farmtown es un juego de estrategia. La suerte juega un papel mínimo. El jugador comienza con una pequeña finquita y un poco de dinero para trabajarla. Desde ese momento, depende de cada jugador lo que quiera cosechar en ella y los activos que desea comprar. El riesgo es una constante, ya que se puede perder la siembra por variadas razones, incluyendo si no la recoge a tiempo.  No hay límite en cuanto a lo que usted puede producir. El jugador es quien establece sus objetivos y metas. Los activos se pueden vender para tener más dinero, pero no las fincas. Ellas pertenecen al desarrollador del juego. Pero el juego también requiere de relaciones con otras personas, quienes se convierten en sus colaboradores. Existe un principio básico que rige esa relación: usted tiene que dar para recibir.  Al principio, esos colaboradores son imprescindibles. 

Lo dicho anteriormente se asemeja a la vida real. Mire lo que interpreto…….
  • ·       Dios es el creador y sustentador de todo lo que existe, incluyendo la vida humana. Lo hizo por amor y para que nosotros trabajemos en ella y la disfrutemos (Salmo 24:1-2)
  • ·       Nosotros somos administradores de la creación, no dueños de la misma. Todo lo dejaremos cuando partamos de este mundo (Génesis 1:28)
  • ·       La suerte juega un papel en la vida, pero no el más importante. Si la tiene o la obtuvo, mejor es que la combine con otros factores para gozar del verdadero triunfo. El dinero se puede perder. Además, el verdadero triunfo es más grande y excelso que la acumulación de riquezas materiales (Proverbios 22:1)
  • ·       Los límites de nuestra productividad lo establecemos nosotros, no Dios. Traigo a colación la parábola de los talentos narrada por Jesucristo (Mateo 25:14-30).
  • ·       Se necesita de un poco de sabiduría para jugar y se requiere de la inversión constante de dos recursos económicos: esfuerzo y tiempo. (Josué 1:9)
  • ·       Tenemos que practicar el arte de dar. Es decir, hay que dar para recibir. Aquí también aplica el proverbio que dice que la gente busca el favor de los generosos y cada uno es amigo del hombre que da (Proverbio 19:6).

       Al cabo de casi dos años de jugar Farmtown, logré comprar y agrandar las diez fincas que permite el juego y convertirme en multimillonaria. Pero me espanto al descubrir que cada vez que llego a un nuevo nivel a su vez el desarrollador del juego establece uno nuevo y ofrece nuevos retos para alcanzarlo. Así sucede en la vida real.
Además de que ya me estoy aburriendo de jugar, me siento sola en esta tarea, ya que casi todos mis vecinos abandonaron sus fincas.  Por otro lado, el juego me ayudó a activarme en el uso de los medios electrónicos. Ahora la mayor parte de mi tiempo disponible lo utilizo para escribir y compartir mis ideas. ¡Hasta la próxima!

ADVERTENCIA:  El juego es adictivo y puede utilizarse para escapar de la realidad con la que usted no puede lidiar. Por tanto, lo que he escrito no debe considerarse como un estímulo para jugar.

3 comments:

Janet said...

Es increible como se demuestra la personalidad y la naturaleza humana en todo. De igual forma vemos a Dios manifestarse en todas las cosas por más sencillas que sean

Un poco de Pensamientos positivos: tejiendo posibilidades said...

Nunca he jugado los juegos de facebook. Te confieso que la gente enviando invitaciones a jugar me parecían fastidiosas y hasta bloqueé las aplicaciones para que no me llegaran las invitaciones. Sin embargo, qué mucho me he disfrutado leer tu experiencia y cómo te ha ayudado. Me parece importante recalcar que mi lección ha sido el abrirme a métodos no convencionales para ver la mano de Dios obrar. ¿No es acaso de lo que se trata la cosa?

Mi querida amiga, sigue escribiendo... porque haciéndolos somos muchas las personas que recibiremos bendición. ¿Quién dijo que se necesita un púlpito de madera pa' predicar? Los medios cibernéticos son nuestra parroquia.... a escribir se ha dicho.

Un abrazote desde el corazón y muchas bendiciones.

Cariños,
Dámaris

Unknown said...

Verdaderamente los principios mas basicos de la vida y la economia los tenemos en la biblia. Gracias por siempre compartir ese don que Dios te dio para traducir su palabra de modo que la podamos aplicar a nuestras vidas de acuerdo a la realidad y el ambiente que nos rodea.