Tuesday, August 9, 2011

La Otra Cara del Exito


Opino que las medidas que tomará el gobierno de los Estados Unidos para reducir el déficit y la deuda pública  afectarán aun más el bolsillo de la clase media y aumentará el nivel de pobreza de la población. Ante este cuadro, todo el mundo debe prepararse para lo peor, pero sin perder la esperanza de que ocurra lo mejor. Vivir una fe que no se cimienta en la realidad es tan malo como vivir sin esperanza. No hacer nada en momentos de crisis es la peor decisión que tú puedes tomar. Tus problemas no desaparecen porque los ignores. Eso fue lo que hizo el pueblo de Israel ante la amenaza de los babilonios. No prestaron atención a las advertencias de los profetas, quienes supieron leer las señales de los tiempos.

Veo bien que nos estemos enviando mensajes bíblicos que nos ayudan a mantener la esperanza, pero tengamos cuidado con los versículos sacados fuera de contexto que nos llevan a pensar que como somos hijos de Dios, nada nos pasará. Eso nos puede conducir a la temeridad. Las librerías y la Internet están saturadas de libros y artículos que dan fórmulas para lograr el éxito. El tema es siempre atractivo, pero aún más cuando estamos en la rueda del infortunio. Son esos momentos en que todos, sin excepción, buscamos salidas a nuestros problemas. La complicación surge cuando queremos justificar lo injustificable con el fin de alcanzar el éxito.

Por lo regular, cuando se nos habla de una persona exitosa se hace referencia a alguien que ha logrado alcanzar una sede dentro del mundo en que se desenvuelve.  Ese sitial o trono alcanzado usualmente se mide a base de tres factores: dinero, fama y poder. Sin embargo, esos tres factores han conducido a mucha gente a su desgracia. La Biblia no habla de éxito, sino de VICTORIA. Dios quiere que toda la humanidad sea victoriosa, lo que implica poseer la habilidad para salir airosos de todos los ataques que atentan en contra de nuestra dignidad y contra nuestro bienestar espiritual, físico, social y económico. ¿Cómo alcanzar la victoria? Un minucioso estudio bíblico nos permite descubrir que  a la fe que Dios implanta en nosotros hay que añadirle otras virtudes, tales como el esfuerzo bien dirigido, la disciplina, la perseverancia y la paciencia.

No niego, sino que afirmo que hay personas que tienen más habilidad que otras para hacer dinero. Eso también lo afirma la Biblia. Existen muchos ejemplos de personas cuya creatividad los llevó de desarrollar un producto o servicio de gran valor para la humanidad. Es algo normal que esas personas lograran una fortuna al lanzar su invento al mercado. Dios es quien reparte dones a la humanidad y lo hace según su voluntad; un misterio para nosotros los mortales. Basta entender que la Biblia también afirma que con los dones que recibimos, algunos producimos al 30, otros al 60 y muy pocos al 100 por ciento.  

Finalmente debo señalar que si bien tenemos que aprender a ahorrar, Dios no nos estimula a acumular desmedidamente riquezas materiales. Hago referencia a la parábola del rico insensato narrada por Jesús. Tenemos que practicar el arte de dar, pero sin caer en el error de acostumbrar a los pobres que pueden trabajar a simplemente vivir del cuento. Dios no ensalza la vagancia ni la pobreza extrema. Mi discurso se resume con la siguiente máxima bíblica:

“No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov. 30:8-9)

No es lo que se  produce, sino para qué se produce. Lo importante no es lo mucho que tengo, sino lo mucho que hago con lo que tengo.

1 comment:

Yoly said...

Me encanto leer esto...estoy tratando de criar a mis hijas en un mundo dificil donde lo material a veces se convierte en todo y donde se reconoce a las ninas que se portan mal como si fuera una virtud. Necesito la sabiduria de Dios para ensenarles a destacarse por lo bueno porque Dios si lo aprecia. Me voy a registrar para continuar leyendote . Bendiciones!