Wednesday, November 2, 2011

LA MEJOR CAMPAÑA POLÍTICA DE TODOS LOS TIEMPOS (Segunda Parte)


Emprender proyectos y misiones que requieren de muchos colaboradores es asunto muy serio. La razón es que no todo el mundo está dispuesto a invertir sus recursos en algo que no puede ver o palpar. Un buen líder reconoce lo anterior y no se frustra ante la negativa de la mayoría. Sabe que tiene que dar inicio a su misión contando con la ayuda de muy pocas personas que en ocasiones no suelen ser las más idóneas. También es importante para todo líder resistir las críticas y aun las burlas de los que no entienden su visión. En casos más severos, también se ve expuesto a sufrir persecuciones, pero lo más difícil es enfrentarse a un traidor. ¡Eso sí que duele! Esas personas se añaden a los grupos por razones puramente egocéntricas. Un traidor puede que entienda la visión del líder, pero no la comparte. Se requiere de mucho discernimiento para descubrir a un traidor y de mucha astucia para anular sus artimañas.

Retomando la campaña de Jesús, entre los doce hombres que Jesús escogió para llevarla a cabo estaba Judas Iscariote. Nació en Palestina, en un pueblo perteneciente a Judea. Probablemente fue poseedor de mucha habilidad administrativa, por lo que de inmediato se convirtió en el tesorero del grupo. Los evangelios atestiguan que fue un hombre deshonesto, y me imagino que esto lo fue descubriendo Jesús en el camino. Jesús prestaba mucha atención a lo que decían y hacían sus discípulos, así que fue haciendo inferencias de lo que podía esperar de Judas. Mucho antes de comenzar su campaña supo que tendría que sufrir la muerte. Alguien lo iba a traicionar.  No le doy ningún crédito al Evangelio de Judas, el cual que fue elaborado por la secta herética conocida como los gnósticos. Ese evangelio expone que Judas supuestamente siguió las instrucciones de Jesús. Según el evangelio de Judas, como Jesús sabía que tenía que morir, lo seleccionó para que lo traicionara, bajo la premisa de que su obra excedería la de los otros discípulos. Aceptar tal cosa es equivalente a colocar a Jesús en el escaño de engañador. Jesús sabía que iba a morir porque así fue escrito por los profetas del Antiguo Testamento, no porque fuera un loco suicida. El pasaje donde aparece Jesús orando en Getsemaní nos permite entender lo difícil que fue para El aceptar ese hecho. De haber sido perpetrado por él mismo, ¿para qué montar un espectáculo? Judas actuó por voluntad propia. Sabía que los enemigos de Jesús buscaban una ocasión para sacarlo de la esfera pública y se prestó para ello. ¿Qué motivó a judas a perpetrar su traición? Me imagino que vio frustrados sus planes de llegar a ocupar un lugar de prominencia en el reino que Jesús anunciaba. La visión del reino de Jesús no concordaba con sus ideas altamente materialistas. Probablemente pensó que seguía al líder equivocado. Infiero además que no pensaba que su traición causaría la muerte de Jesús. Eso explica su desesperación luego de cometer la traición.

Paralela a la traición de Judas Iscariote, está la acción de otro hombre que pudo haber salvado a Jesús de la muerte, por lo menos en esos momentos, pese a que pienso que Jesús siempre  hubiese terminado muerto debido a sus ideales y la naturaleza de su misión. Me refiero a la persona de Poncio Pilato, quien fue miembro de una clase social de la antigua Roma conocida como orden ecuestre. Pilato fue nombrado por el emperador Tiberio como prefecto de Judea entre los años 26 al 36 d.C. Dudo que ese nombramiento fuera algo envidiable para él. Su misión consistió en romanizar a Judea, cosa imposible de de lograr debido a la oposición de los anti-imperialistas judíos. Uno de los líderes de ese movimiento lo fue Barrabás, quien mató a un soldado romano en una de esas revueltas. Además de esos grupos subversivos, estaban los miembros de Sanedrín judío, quienes a toda costa querían defender el status quo amenazado por Jesús y sus seguidores. El asunto es que Pilato se vio contra la espada y la pared y pensó que lo mejor para él era mantenerse al lado de la mayoría aunque eso significara la muerte de un justo. Su estrategia fue simple: poner la decisión en manos del populacho. De aquí surge su famosa acción de “lavarse las manos”.  No escuchó el consejo de su propia esposa, Procula, quien le pedía que dejara libre a Jesús por considerarlo inocente. Pilato es símbolo de la persona que está dispuesta a cualquier cosa con el fin de mantenerse en el poder. El problema central con ese tipo de personas es que terminan por perder aún lo que no tienen. Yo tengo un dicho que reza: “El que manipula, termina siendo manipulado; quien se deja manipular, termina desprestigiado”. Pilatos fue destituido en el año 36 d.C debido a las quejas que presentaron los samaritanos a Vitelo, quien fue su superior inmediato. Le dieron a beber de su misma medicina y salió de la historia con penas y sin gloria.

Unidos a este grupo de personas poco escrupulosas como lo fueron los miembros del Sanedrín, Judas Iscariote y Poncio Pilato, tenemos otro grupo constituido por personas ignorantes que se dejaron manipular por ellos. Esa gente prestó sus oídos a rumores que mancharon la reputación de Jesús. No tuvieron criterios propios y mucho menos supieron analizar los hechos para llegar a una sabia decisión. Prefirieron dejar libre a Barrabás, a pesar de que había matado a otra persona y condenar a muerte a Jesús. Ese populismo mal dirigido causó mucho mal.

Finalmente, no puedo dejar de mencionar la inmensa mayoría de gente que por miedo o por comodidad decidió permanecer callada ante el atropello que se cometió contra Jesús. Aún sus propios seguidores fueron incapaces de levantar su voz para defenderlo.  Esa mayoría silente siguió arrastrando los pies en espera de que otros defendieran los derechos que Dios mismo le ha otorgado a la humanidad. Todas esas personas permanecieron neutrales, quizá pensando que no les afectaría su estilo de vida. En este punto cabe la cita de  Dante Alighieri en su obra LA DIVINA COMEDIA: Los lugares más calientes en el infierno están reservados a aquellos que en un período de crisis moral en la sociedad mantienen su neutralidad. En menos de un siglo, la ciudad de Jerusalén fue arrasada por un fuego y según los historiadores fue provocado por el perverso emperador Nerón. No quedó nada en pie. El Templo de Salomón, orgullo de los judíos, desapareció en un abrir y cerrar de ojos, tal como el propio Jesús lo había profetizado.

Jesús vino al mundo en un momento histórico muy crítico. Roma era un imperio que gozaba de gran esplendor. Pero las intrigas políticas, las revueltas nacionalistas, las enfermedades contagiosas, la falta de atención médica, el desempleo, la desigualdad social, la esclavitud, la pobreza extrema y la ausencia de justicia eran la orden del día. Es natural que nos preguntemos, ¿cómo un grupo de personas en su mayoría pobres y nada conocidas en su ambiente lograron cambiar el curso de la historia de Roma? En la última parte de este tema central sobre la campaña política más extraordinaria del mundo estaré comentando sobre el particular.

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