Wednesday, May 2, 2012

¿TIENE ALGÚN VALOR EL SUFRIMIENTO?

Tiempo hacía que no escribía para ustedes.  El pasado período navideño suele dejarnos con unas cuantas libras de más entre otras cosas. Cuando decido retomar mi noble tarea de escribir para ustedes, sucedió algo inesperado para mí y el resto de mi familia. Mi esposo Julio sufrió un infarto y estuvo recluido en el hospital por más de un mes.  Tanto él como nosotros sufrimos mucho durante su estadía en el hospital, así como los días subsiguientes que pasó en nuestra casa.  Me desgarraba el alma el verlo sentado en su sillón, decaido y frágil, sólo esperando la muerte. En vano fueron mis intentos por animarlo. Ambos supimos que nuestra separación era inminente, por lo cual dialogamos intensamente sobre la vida, la muerte y la resurrección. Inclusive planificábamos el sepelio de ambos, sabiendo que solamente Dios conoce cuándo la muerte se aproxima.

Mi esposo pasó a morar con el Señor una preciosa mañana del 19 de abril del año 2012. Se fue tranquilo mientras yo oraba al Señor. Sentí que una parte importante de mí se fue con él. Julio y yo estuvimos casados por casi 51 años.  Antes de morir me dijo que no dejara de escribir y por esa causa cumplo con su última voluntad.

Como dice el cantautor Rubén Blades en su canción, la vida nos da sorpresas. Algunas de ellas son muy gratas pero otras son desgarradoras. Las gratas son para disfrutarse. El problema es que son efímeras. Tan pronto nos enfrentamos a cualquier tipo de situación que altera nuestra rutina, nos atribulamos y olvidamos aquellos momentos que pasamos con alegría.  Sin embargo, las tribulaciones que nos acontecen son las que nos enseñan los verdaderos valores que tiene la vida. Por ejemplo, ¿para qué necesitamos fe cuando todo nos sonríe? ¿Para qué necesitamos paciencia si no tenemos pruebas que enfrentar? ¿Para qué sirve la consolación si no lloramos?  ¿Para qué necesitamos de la fortaleza si disfrutamos de prosperidad? Sigue enumerando y verás que tengo razón.

 La vida, mí querido amigo y hermano, es toda una aventura con Dios. Nunca se sabe con certeza lo que va a acontecer, pero si estamos conectados con nuestro Creador, podemos superar el infortunio que siempre nos llegará. Por esa causa, en estos momentos de prueba solamente me queda parafrasear las palabras del apóstol, quien dijo que nada me puede separar del amor de Cristo; ni las pérdidas materiales que Julio y yo sufrimos a lo largo de nuestra vida, ni las enfermedades que experimentamos, ni las tribulaciones que sufrimos a causa de nuestros negocios y aún dentro de nuestro ministerio, ni las dolencias que soportó mi marido durante la última etapa de su enfermedad, ni los tantos peligros a los que tuvimos expuestos nos desvió de la esperanza que no avergüenza. Julio ya recibió su corona de vida, pero yo tengo que seguir luchando por alcanzar la mía.

Fueron alentadores los mensajes que recibimos durante la enfermedad de mi esposo. La gente oró por su salud en muchas partes del mundo y luego de su partida, recibimos una avalancha de mensajes por diversos medios de comunicación. Fue preciosa la cantidad de amigos y hermanos que se congregaron en la iglesia para recordar la vida de mi esposo y para consolarnos. El servicio de recordación fue uno de gran celebración, un atisbo del que Julio recibió en el cielo. A todos esos amigos y hermanos les damos las gracias desde lo más profundo de nuestro corazón.
 Aunque experimentamos la partida de Julio y lloramos su ausencia, no lo hacemos como aquellos que no tienen esperanza.   Estamos seguros de que ese dolor pasará y sólo nos quedarán los gratos recuerdos.   Por eso tengo que seguir celebrando la vida. Me niego rotundamente a dar muerte a mis sueños y afirmo mí ministerio de difundir mensajes que sirvan para mejorar la calidad de vida de mis lectores.

 ¡Que así me ayude Dios!

4 comments:

Unknown said...

Gracias por hacernos parte de sus vidas. Mujer valiente y esforzada, adelante. Un abrazo

Unknown said...

Gracias por hacernos parte de sus vidas, escritos y vivencias. Un abrazo

BABYBORICUA said...

woww hermosa entrada, Dios los siga bendiciendo y dandole mucha paz en sus corazones....y a mi amiga joan nuestras oraciones estan contigo..

Magdalena Ortiz said...

Wow... Pastoration... Como siempre... Reflexiones hermosas con el sabor de la vivencia... Tqm... Magdalena... Un super abrazo...