Sunday, August 12, 2012

¿Cuándo es que 1+1=3?


Los pequeños empresarios se quejan continuamente, y con toda razón, de la poca atención que el gobierno les presta. Existe poca o ninguna ayuda para que se desarrollen en sus actividades económicas, pero a la hora de exigirles el pago de contribuciones y de cumplir con las regulaciones, los tratan de igual que a las grandes corporaciones.  Soy testigo de lo anterior ya que por largos años mi difunto esposo y yo operamos pequeños negocios. La razón para este descalabro descansa en la idea de que las grandes empresas crean muchos empleos. La promesa de campaña de disminuir la tasa de desempleo es común entre casi todos los políticos de cualquier país. No le resto validez a ese razonamiento, pero ellos pueden  incentivar las grandes corporaciones sin descuidar los pequeños negocios. A la hora de la verdad, las grandes corporaciones no son fieles a ningún país. Cuando las ganancias que reciben se diluyen o ya no le son restables las operaciones, muchas veces salen del país, dejando a su paso una estela de personas desempleadas. El efecto inmediato es devastador para la economía, lo que me lleva a concluir que es mejor tener cuatrocientos pequeños negocios operando con eficiencia dentro del país que una empresa grande que emplee cuatrocientas personas.  De hecho, un dato que casi nadie toma en perspectiva es que los pequeños negocios representan el 79.3% de los empleos en EUA y PR (1990-2007 Dept. Trabajo Federal) mientras que las grandes empresas no llegan al 10%.  Pese a que las grandes empresas se benefician de economías a escala que el pequeño comerciante no alcanza (como descuentos por compras en volumen), las pequeñas empresas pueden abrazar mejor los cambios y el manejo efectivo del servicio al cliente.
       No obstante los datos anteriores, los ofrecimientos que los políticos les hacen a los pequeños empresarios son cosméticos y vacíos. Las estrategias que proponen se ven muy bien en blanco y negro, pero en la realidad son inoperantes debido a múltiples factores que no tengo tiempo ni espacio para discutir. Mi conclusión es que, dada esta realidad, los pequeños empresarios tienen que buscar otra manera para funcionar dentro de un sistema económico capitalista. Se hace necesario que los pequeños negociantes aprendan a sumar utilizando el concepto de sinergismo de Albert Einstein, de manera que 1+1=3.  En otras palabras, utilizar el concepto de redes de comunicaciones o de mercadeo, mejor conocido en inglés como “NETWORKING” y que hoy denominaremos como Sinergia de Negocios. Eso es lo que ocupa mi atención en estos momentos.    
          Comienzo mi exposición descartando de plano la idea de asociar el “networking” con los negocios piramidales. No se trata de crear pirámides donde el pionero o el que inicia se lleva los más altos beneficios, terminando por explotar a los de los niveles más bajos. En el caso de la sinergia de negocios, todos los participantes reciben la misma oportunidad de ganar porque se trata de una actividad socioeconómica que promete expandir tu negocio de forma integral.  La sinergia de negocios es una fase de las relaciones públicas que tiene el fin primordial de aumentar  y/o crear nuevas oportunidades comerciales. Todo empresario, pequeño o grande, tiene que tomar en consideración lo que se conoce en mercadeo como las cuatro P’s o “Marketing Mix” (en inglés) si quiere tener éxito en su actividad. Los cuatro elementos son: producto o servicio que se ofrece, precio, distribución y la promoción que se usará. Usted puede tener el mejor producto del mundo, pero si su precio no es competitivo, no está dirigido al público adecuado, no está bien dirigida la promoción o no es accesible al cliente, su producto y/o servicio no producirá beneficios. Los pequeños comerciantes enfrentan varios problemas significativos, entre ellos que usualmente no disponen de recursos suficientes para promocionar sus negocios.  Como tampoco tienen mucho tiempo, se ven asfixiados corriendo todas las bases del negocio.  Otros saben de la parte técnica del negocio pero desconocen cómo correr la parte administrativa, lo que siempre trae un final desastroso.
        En esencia, el concepto de networking es tan natural como el proceso de comunicación al que todos estamos acostumbrados desde que nacemos y desde que el mundo fue creado. Lo que realmente cambia es el enfoque que estamos utilizando y hacia dónde queremos dirigir los resultados. Hay muchos ejemplos de networking en la Biblia, aunque no se identifican como tal. Tomemos el caso de Salomón. Los ancianos que lo asesoraban y quienes a su vez estaban dirigidos por Dios, lo llevaron a crear grandes relaciones humanas dentro de su ambiente. Se dio a conocer como un rey poseedor de mucha sabiduría. Estas y otras de sus virtudes lo llevaron a consolidar todo un reino, algo que su padre David nunca pudo lograr. Tenemos el caso del patriarca José, quien fue llevado injustamente a la cárcel. Allí se relacionó con personas muy influyentes, prisioneras por diversas razones. No tuvo en cuenta su situación inmediata, sino que actuó de buena fe guiado por los más altos principios de su fe. Una de esas personas fue quien lo introdujo al rey.  Igual suerte le tocó vivir a Daniel. El caso de Nehemías es otro ejemplo de “networking”. Dios sabía que él tenía buenas relaciones con el rey de Persia y por eso lo llamó para que fuera a Jerusalén a levantar sus muros. Debido a su arte para relacionarse públicamente, Nehemías logró reunir un grupo de personas con capacidades empresariales como las suyas para realizar esa tarea. El mismo Jesucristo hizo usó del networking.   Envió a sus discípulos de dos en dos para que dieran a conocer sus enseñanzas. ¿De qué otra manera se iba a propagar el evangelio? De ahí la sentencia de Jesús cuando dijo: “Cosas mayores de las que yo hago ustedes harán”. De eso se trata el networking, unir esfuerzos para lograr cosas grandes. Si nos quedamos viendo nuestra pequeñez y lamentándonos de lo que no tenemos, vamos a terminar sin hacer nada. Recordemos que si dos personas deciden unirse para remar hacia un mismo lado, la fuerza que desplegarán será mayor que la suma de las dos fuerzas por separado.

          Vamos a aplicar el principio que expliqué anteriormente a un grupo de tres personas que buscan nuevas oportunidades.  Yeyo tiene una agencia de viaje, Yiyo tiene un restaurante y Yayi tiene un negocio de alquiler de botes.  No se conocían entre sí y todos estaban languideciendo en sus negocios.  Un relacionista público les orientó sobre cómo utilizar el recurso de la sinergia de negocios. Yeyo podía mercadear una excursión desde su agencia de viajes para involucrar el alquiler de botes de Yayi y un almuerzo en el restaurante de Yiyo.  Es posible unir esfuerzos sin que eso signifique abandonar sus negocios particulares.  Al llevar a cabo las actividades de mercadeo en conjunto a través de la sinergia de negocios, todos se benefician por igual, se ofrece un producto más completo, cuyo beneficio también disfruta el cliente.  Yiyo, Yeyo y Yayi añadieron nueva clientela e imagen a sus negocios.
        Los expertos en mercadeo dicen que el setenta por ciento (70%) de los nuevos negocios se ganan por medio de las relaciones personales. Una buena recomendación es una venta segura. Dice la profesora Janet Figueroa que un buen contacto es mejor que cien prospectos.  En sus palabras, la sinergia de negocios es una estrategia costo-efectiva que da pie a nuevas oportunidades aumentando exponencialmente el banco de recursos de cualquier negocio.  El detalle consiste en que todos tienen que estar dispuestos a contribuir y trabajar en partes iguales. 
        El pequeño comerciante, especialmente el puertorriqueño, tiene que aprender a salir de su burbuja segura y de su actitud de creer que no necesita aprender.  No podemos ignorar que vivimos en un mundo complejo, donde la tecnología cambia las reglas de juego instantáneamente, dejando atrás al que no evoluciona.  No es cuestión de aferrarnos a nuestro bizcocho como un todo, sino visualizar que estamos dentro de una repostería.  La sinergia de negocios permite que tanto negocios grandes, medianos y pequeños puedan unirse y compartir una estrategia viable que los beneficie y que beneficie al cliente.
        Este es el principio básico que Jesús no dejó, que todos necesitamos el uno del otro y que juntos podemos hacer que 1 + 1 sea igual a 3.

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