Hace unas semanas atrás bajé de internet
una serie de televisión que me gustó en gran manera. La serie se titula Bad Men
y se desarrolla en Nueva York, Estados Unidos durante la década de los años
cincuenta. La serie trata sobre la vida
familiar y de trabajo de un grupo de ejecutivos de una empresa dedicada a la
publicidad. Por desgracia la misma serie fue descontinuada, pero lo que vi me
permitió descubrir dónde comenzó el desbarajuste de la filosofía del trabajo heredada
de los fundadores de la nación estadounidense y que ha dado margen a la crisis
económica y social de nuestros días. Específicamente quiero analizar los
cambios que están ocurriendo en el mercado de trabajo en y fuera de los Estados
Unidos. Comienzo diciendo que en la serie aparecen personajes pertenecientes a
tres generaciones: GI (Great Generation
1901-1925); SG (Silent Generation 1925-1942) y los “Baby Boomers” (1943-1960). ¿Qué
valores ostentan, como grupo, los miembros
de cada una de esas generaciones?
En
términos generales, los miembros de la generación GI eran personas fieles,
trabajadores incansables, enfocados al patriotismo, respetuosos a la autoridad
establecida y poseedores de un gran sentido de obligación comunitaria. Esas
personas criaron a sus hijos al estilo militar. Les enseñaron que la reputación
de una familia era importante y que su éxito en la vida dependía de ello. Se
valoraba el estatus social y moral, lo que daba lugar a mantener un buen estatus
económico. Todo eso lo basaban en las enseñanzas bíblicas. Si alguien quería triunfar en la vida, tenía
que cuidar esa reputación. Sin embargo, a raíz de la Gran Depresión de los años
30, una buena parte de esas familias perdieron sus pertenencias y algunas
cayeron en la pobreza extrema. Lo que les quedó a algunas de ellas fue el
abolengo. Eso provocó un alto grado de incertidumbre en los hijos de los GI, lo
que los llevó a cuestionar los valores que inculcados por sus padres. Uno de
esos valores estuvo relacionado con el trabajo. ¿Valía la pena ser un
trabajador incansable y serle fiel a un patrono? El desempleo en Estados Unidos
se elevó a cifras nunca antes vistas. Gracias
al programa New Deal establecido
por el Presidente Franklyn D. Roosevelt (1933-45) se generaron muchos empleos
en Estados Unidos, lo que a su vez propició un aumento en las riquezas de la
nación. Sin embargo, los valores de la generación GI no fueron restablecidos.
Dentro de las organizaciones se comenzaron a suscitar las luchas de poder y los
deseos de logro y reconocimiento. Todo eso dio margen a la entrada de la
competencia desmedida. Vemos como comienzan a surgir los vicios del cigarrillo
y el alcohol (casi todo el mundo bebía y fumaba, cosas consideradas como
símbolo de estatus). El sexo entre los miembros del personal de una empresa era
admitido solapadamente. Se crearon las cuentas corporativas y muchos clubes de
ejecutivos. En fin, surgieron unos valores diferentes que fueron traspasados y
luego acrecentados por los miembros de la generación conocida como los “Baby Boomers”.
No
quiero bajo ninguna circunstancia minimizar las aportaciones de la generación
de los Baby Boomers. Por el contrario, el increíble desarrollo económico de
Estados Unidos se debe mayormente a su esfuerzo. Hoy día se considera la
generación poseedora del mayor cúmulo de riqueza en Estados Unidos y quizás en
otras partes del mundo. Además, es una generación de personas académicamente
muy preparadas. Esa generación ha vivido muchas crisis tales como: el asesinato
del Presidente John F. Kennedy, la Guerra de Vietnam, la crisis energética, la
lucha por los derechos humanos y la llamada “Guerra Fría”. Esas experiencias
secularizaron su filosofía de vida y la movieron a luchar para erradicar muchos
de los valores de las generaciones pasadas. El problema central de esa
generación fue que puso su mayor atención en el trabajo y la obtención de
dinero como medio de alcanzar el poder corporativo, descuidando la vida
familiar. Le daban muchas cosas a sus
hijos, pero le prestaban muy poca atención. Esto, añadido a su sentido de moral
relativa, llevó a algunos de sus hijos a exhibir conductas sociales
inapropiadas y al uso de drogas y alcohol. La disfuncionalidad dentro del seno
familiar fue la orden del día. En cuanto
al trabajo, la lealtad estaba subordinada al sueldo y los beneficios marginales
que les ofrecían las grandes corporaciones. Las corporaciones se enfocaban en
la creación de necesidades y el gigantismo. Para los altos puestos ejecutivos contrataban
personas que pudieran crearles un nicho a las mismas, porque eso le rendía
grandes beneficios económicos. Los sueldos y beneficios marginales que les
pagaban a sus altos ejecutivos eran astronómicos. La oferta de trabajo
altamente profesional era mayor que la demanda, lo que comenzó a promover la movilidad dentro del mercado de trabajo. La
competencia para subir por la escalera del éxito fue brutal.
Dos
cosas vinieron a frenar ese despilfarro económico: la crisis energética (década
de los setenta) y la globalización impulsada por el Presidente Clinton (década
de los ochenta). Hoy día, un buen número de personas pertenecientes a la tardía generación de los Baby Boomers están
desempleadas a pesar de que aún no han llegado a la edad de jubilación. Esas
personas no se prepararon adecuadamente para asumir los precipitados cambios
dentro del ambiente de trabajo ni se pusieron a la par con la edad posmoderna. Aunque
son profesionales y rindieron una buena labor, no son diestros en la tecnología,
la cual cambia prácticamente todos los días.
El
panorama mundial ha cambiado radicalmente. China se ha convertido en la segunda
potencia económica del mundo y América Latina está surgiendo dentro de los
mercados mundiales y ya puede negociar favorablemente con Estados Unidos, China
y otros países europeos. Esto provoca que el ambiente de trabajo no sea
estático como en el pasado. Muchas de las corporaciones han abandonado el ideal
del gigantismo y otras se han decidido por la venta o consolidación a causa de
la disminución en los márgenes de sus ganancias. Eso reduce los ofrecimientos de empleo para la clase
profesional y para muchos empleos no especializados. Europa es la zona con
mayor índice de desempleo en la mundo, sobre todo Grecia, España, Portugal e
Italia. El índice de desempleo es mayor entre los jóvenes (18 a 24 años de edad)
y los adultos (55 a los 65). Los accionistas y sus altos ejecutivos están ahora
convencidos que las empresas pueden volverse mucho más eficientes y
competitivas si contratan empleados externos a contrato. Enumeramos algunos de
los beneficios de esta práctica para las empresas:
·
Ahorran espacio físico en sus
oficinas. Eso representa una reducción en las utilidades (bienes raíces,
energía, comunicaciones, etc.)
·
Se ahorran los beneficios
marginales como pago de vacaciones, bonos, plan médico y gastos de
representación, entre otros.
·
No tienen que pagar impuestos
sobre la nómina.
·
Están menos expuestos a
demandas laborales.
·
No están obligados a renovar
contratos.
·
Tienen mayor acceso a personas
tecnológicamente cualificadas y altamente creativas.
Las
empresas pequeñas que tienen espacio físico limitado y que no poseen
suficientes recursos económicos para contratar empleados eficientes, pueden
también beneficiarse de los recursos externos mediante contratación a tiempo parcial.
Una de esas áreas es el mercadeo. Es una tarea cuesta arriba para cualquier
productor el elaborar un producto, mercadearlo, distribuirlo, llevar los
récords que le ayuden a mantener el control de sus empresas y cumplir con las
exigencias gubernamentales. Eso se puede hacer en escala muy pequeña, pero si
se desea crecer, hay que invertir aunque sea una mínima cantidad de dinero. No
crecer significa la muerte. Una forma de hacer crecer su empresa, y de lo cual
escribí una artículo, es el “networking” o en español “redes de mercadeo o
relaciones públicas”. Como dije en esa ocasión, esto en nada tiene que ver con
negocios piramidales, sino con la acción de aunar esfuerzos para maximizar
recursos. Los que participan no compiten entre sí ni se benefician del trabajo
de otro. Es asunto de RELACIONES.
Desde
la perspectiva de los individuos, las ventajas que ofrecen los nuevos empleos
por contratación son los siguientes:
·
Flexibilidad de tiempo. La
persona no tiene que llegar y salir a una hora fija.
·
Reducción en gastos no
asociados al trabajo (vestimenta, gasolina y auto, comidas).
·
Se puede trabajar a tiempo
parcial, tener varios patronos y/o combinar diferentes actividades.
·
Le produce mayor satisfacción,
ya que tiene la posibilidad de utilizar mejor sus conocimientos.
Ahora bien, cualquier persona que quiera
trabajar por su cuenta tiene que poseer un conocimiento tecnológico adecuado. En
la época actual las oficinas son portátiles, por lo que cualquier persona que
quiera trabajar por cuenta propia tiene que saber manejar con bastante
perfección los programas de computadora más utilizados en el mercado (Office y
Google son requeridos). Sin embargo, debe habilitar una oficina en su hogar (le
llaman oficinas domésticas) que tenga por lo menos una computadora, acceso a
internet, teléfono, una fotocopiadora y un fax. Las computadoras vinieron para
quedarse y no muerden a nadie. El aprendizaje no es una ciencia de cohetes.
Ahora vienen unas computadoras y unos teléfonos celulares inteligentes que le
facilita mantener su negocio operando fuera de su oficina y trabajar en los
lugares más remotos del mundo. Es magnífico porque usted puede combinar
apropiadamente su trabajo, sus relaciones familiares y sus vacaciones. Es
también conveniente porque el trabajo se hace menos rutinario y usted tiene la
opción de renegociar su contrato o prescindir del mismo si no le rinde
beneficios.
A
todo lo anterior, debo explicar que el trabajo por cuenta propia no es para
todo el mundo. Se necesitan la siguientes cualidades:
·
Mantener una actitud positiva
hacia la gente y su trabajo. Trabajar por cuenta propia no implica ausencia de
responsabilidades. Si bien no se tiene un jefe que le marque su horario, tiene
unos clientes que en ocasiones se tornan muy exigentes.
·
Su trabajo debe hacerlo con
excelencia, lo que le garantiza el crecimiento y le abre nuevas avenidas.
·
Necesita ser una persona
organizada. Aunque existe la flexibilidad en cuanto al tiempo, no hay mucho
lugar para la procrastinación.
·
Poseer un buen sentido de
coordinación, especialmente cuando atiene más de un cliente.
·
Aprender el arte de la buena
planificación financiera. Recuerde que la persona que trabaja por cuenta propia
debe llevar sus récords de contabilidad, pagar sus impuestos, mantener un fondo
de emergencia para cubrir gastos e inversiones imprevistas, un fondo de ahorros
para costear sus vacaciones, mantener sus seguros al día, siendo el más
importante el seguro médico.
·
Mantenerse al día en cuanto a
los cambios que van ocurriendo dentro de su ambiente profesional y tecnológico.
La educación continuada es una necesidad, no una opción.
Como bien indica la página
de Web, Nuevas Tendencias, los profesionales de este nuevo siglo no pueden
esperar puestos permanentes a la usanza de las décadas pasadas (1950-1980). Las
corporaciones cada día ofrecen menos empleos permanentes y estos ya no son tan
bien remunerados como en el pasado. Los
que tienen esos puestos lo mantienen con todas sus fuerzas, pero viven siempre
con el miedo a la obsolescencia. Aún los obreros no diestros tienen que pensar
en educarse en trabajos técnicos. La tecnología está sustituyendo a muchos obreros
no diestros.
Es
en este tiempo, dado el incremento en el desempleo, los gobiernos han comenzado
a brindarles interés a las pequeñas empresas. No obstante, son muy tímidos a la
hora de prestarles los servicios. Todavía mantienen la idea del gigantismo que
resulta tan nociva y que hasta cierto punto, es una idea extraña al capitalismo
en su forma tradicional. Leía recientemente una encuesta realizada en Estados
Unidos que indicaba que el 1% de los multimillonarios poseen el 50% de los
recursos de bienes raíces en ese país. Creo que el llamado “sueño americano” se
ha convertido para muchos en la “pesadilla americana”. Entiendo que el futuro del mundo está en
volver a lo básico sin menoscabar las aportaciones que hacen las grandes
corporaciones.
Para finalizar, debo mencionar la decadencia que existe en nuestro sistema educativo. Las universidades siguen ofreciendo los mismos currículos profesionales y no incorporan programas que estén a la par con las exigencias del momento. Esto ocasiona que los graduados muchas veces no consiguen plazas de trabajo en su campo de estudio. Cada día aumentan los costos de la educación y nuestros estudiantes muchas veces salen poco preparados para hacerle frente al mundo del trabajo. Este tema tiene mucha tela para cortar, por lo cual lo tomaré en otra ocasión.
Para finalizar, debo mencionar la decadencia que existe en nuestro sistema educativo. Las universidades siguen ofreciendo los mismos currículos profesionales y no incorporan programas que estén a la par con las exigencias del momento. Esto ocasiona que los graduados muchas veces no consiguen plazas de trabajo en su campo de estudio. Cada día aumentan los costos de la educación y nuestros estudiantes muchas veces salen poco preparados para hacerle frente al mundo del trabajo. Este tema tiene mucha tela para cortar, por lo cual lo tomaré en otra ocasión.
Como educadora que soy, me
preocupan las nuevas generaciones cuyos miembros no tienen el privilegio de
heredar un capital de sus padres, dados que muchos de ellos viven al margen de
la pobreza. Es hora de despertar del sueño y moverse con la rueda del cambio.
Dios no está ajeno a lo que pasa en el mundo, sino atento a sus necesidades. El
trabajo no es un castigo de Dios, sino una tarea que nos ennoblece.
No comments:
Post a Comment