Saturday, June 13, 2015

LA MORAL, LA ÉTICA Y LO QUE LE PASA A PUERTO RICO

En una ocasión conocí una pareja de novios, quienes vinieron a verme a mi oficina. Luego de los saludos de rigor y sin yo preguntarle, me indicaron que ellos eran católicos romanos y que no tenían intención alguna de cambiar de religión. Sin embargo, querían que yo los casara. Aunque de inmediato supe la razón detrás de su deseo, les pregunté por qué no se casaban en su iglesia.  La respuesta fue sencilla. El hombre era divorciado y su párroco no podía ni quería incumplir la ley de su iglesia, no obstante, ellos querían recibir la bendición matrimonial. Eso me abrió las puertas para entablar con ellos un diálogo abierto, pero de mucho respeto, sobre lo que para mí significaba tomar esa decisión. No entré en ningún tipo de discusión teológica ni defendí ni ataque las doctrinas que suelen separar a la iglesia cristiana en todas sus vertientes. Me concentré en mis principios éticos y morales, los que me llevaron a no acceder a los deseos de esa pareja. Más allá de una cuestión de ceremonia religiosa, la decisión conllevaba hacer una distinción entre lo que uno quiere hacer, lo que uno puede hacer y lo que uno debe hacer. Esto cae dentro del marco de la filosofía y aún de la propia teología. En momentos como los que vivimos en Puerto Rico, resulta un imperativo que la gente comience a prestarle atención a los principios de ética y moral que rigen la sociedad.
 Algunas personas piensan que las palabras ética y moral son sinónimas. Parten del argumento de que la palabra ética proviene del vocablo griego ethos, mientras que la moral proviene del vocablo latino del mismo nombre. Otras personas, como yo, pensamos que son diferentes aunque están íntimamente relacionadas. La ética (ethics) estudia las acciones humanas con el fin de determinar su rectitud. Intenta definir la conducta ideal que debe exhibir un ser humano. Los planteamientos nacen de unas preguntas básicas para determinar si lo que uno hace es bueno o malo:

  • ·        ¿Tiene algún valor lo que hacemos?
  • ·        ¿Quién le asigna ese valor?
  • ·        ¿Forma parte de los deberes establecidos por una institución o sociedad?
  • ·        ¿Es importante lo que hacemos para lograr la felicidad?


 El idioma griego hace una distinción entre dos tipos de ética que no logra hacer el idioma español. Hay una ética asociada con el carácter y otra asociada con la moral. Esa última se basa en las costumbres. Los griegos le dieron más énfasis al asunto del carácter el cual aplicaron a lo político. El concepto de moral de los romanos era relativo y se basaba en los valores que dictaban la conciencia. No se complicaban la vida como los griegos. Fue la iglesia cristiana la que más contribuyó en la elaboración del concepto de la moral, lo cual hizo partiendo mayormente de la teología del apóstol Pablo. Los teólogos cristianos comenzaron a visualizar la moral como un elemento de carácter universal a partir del pensamiento de Pablo, quien escribió que Dios esculpió su ley en el corazón de todos los seres humanos.
El asunto del desarrollo de los conceptos de la ética y la moral es mucho más complicado, pero el corto resumen que les ofrecí me ayuda a dos cosas:

Primero - para explicar el por qué me negué a casar a la pareja de mi ilustración. Según mis principios, la pareja atentaba contra la moral (convertidos en dogmas) de la institución a la cual decía pertenecer. El acto de ellos aceptar ser católicos los obligaba a cumplir con sus dogmas. Si yo accedía a su petición, faltaba a la ética por cuanto me hacía cómplice de su acto de inmoralidad.
Segundo - como introducción a mi reacción a la carta escrita por el Papa Francisco a los obispos boricuas para que éstos no se involucraran en asuntos de política porque los desviaba de sus funciones de predicar el evangelio. De hecho, el Arzobispo de Puerto Rico, Roberto González, reaccionó a la misma diciendo que “la patria no es una ideología….idiologías (añadió) son las opciones y las tendencias políticas” (El Nuevo Día, 11 de junio de 2015, página 10). Estoy muy de acuerdo con lo dicho por el arzobispo.  El arzobispo se refiere al involucramiento que debe tener la iglesia dentro de la sociedad que lleva a cabo su ministerio. No obstante, entiendo que en ocasiones ese líder religioso ha cruzado la raya de separación que debe existir entre la iglesia y el estado.

Creo que el Papa no entiende muy bien la cultura de nuestro pueblo. Comprendo su preocupación por defender la institución religiosa la cual preside. Pero en ese afán, pasa por alto que el evangelio lucha en pro de la libertad, la justicia y el bienestar de los pueblos. Eso mismo acontece con la gran mayoría de los líderes de las demás denominaciones cristianas. Por temor de caer en la partidocracia que satura nuestro ambiente, se abstiene de hablar sobre tales temas. Para cumplir con su encomienda profética, la iglesia tiene que levantar su voz y contribuir al debate político no partidista (en el idioma inglés se conoce como “policy making”) de los pueblos. En ese sentido, la iglesia tiene un deber tanto ético como moral con la sociedad. Una iglesia silenciosa se hace aliada de los poderes destructores de la sociedad. Jesús fue perseguido por los planteamientos que hacía. Su mensaje fue diáfano y totalmente revolucionario. Sin quitarle mérito a su sacrificio por nuestra salvación, fue llevado a la cruz por esa causa. A sus discípulos les pasó lo mismo. Cada vez que abrían la boca, se formaba un revolú. ¿Cómo podemos hablar de moral cuando permitimos la explotación? ¿Cómo hablar de ética si cuando vemos las injusticias sociales miramos hacia otro lado y no la denunciamos por temor de ser perseguidos?

Yo faltaría a mi sentido de moral si dejo de declarar que Puerto Rico ha vivido por siglos bajo un brutal cautiverio. No hago hincapié en la libertad política (ese es un tema que no nos une en estos momentos), sino que hablo de un pueblo que vive cautivo del miedo. La mayoría de nuestra gente tiene incrustada en la mente la frase del “no se puede”, lo que la empuja al conformismo. Nos han metido en la cabeza de que somos un pueblo “mantenido” que no puede valerse por sí mismo, cuando en realidad somos un pueblo explotado. Dentro de nuestro pueblo siempre ha habido mucha gente talentosa y llena de virtudes. Muchas de esas personas han puesto esos talentos y virtudes a la disposición de otros aún en menoscabo de los suyos. Por desgracia, algunos extranjeros se han aprovechado de la nobleza e ingenuidad de nuestro pueblo. Esto se debe a que nuestros detractores nos han hecho pensar que todo lo extranjero es mejor que lo nativo. Esto ha provocado que no valoremos lo nuestro y caigamos en la arrogancia publicitaria de que “Puerto Rico lo hace mejor”. Tal obstáculo impidió el máximo desarrollo del empresarismo local. ¡Y ni hablar de los impedimentos que nos han impuesto para el desarrollo de nuestra propia economía! Nosotros nos dejamos dominar y permitimos el desarrollo de la partidocracia que existe en Puerto Rico. Esa partidocracia es la que mantiene dividido a Puerto Rico y no le permite tener un norte común en la búsqueda de su bienestar. La partidocracia es la que le ha dado entrada a nuestro gobierno a un nutrido grupo de líderes descerebrados y poco éticos que han llegado al poder doblando brazos y rompiendo patas.  ¿Qué podíamos esperar sino el caos que nos ha sobrevenido?  

Sin embargo, aún nos queda la esperanza. Nadie, ni nada ha podido destruir nuestra identidad como pueblo. Dios, quien nos sostiene, ha hecho posible que todavía dentro de nuestro país se mantenga un grupo de personas conocedoras de diversos temas y quienes no doblan sus rodillas ante los poderosos. Los tales siguen luchando por erradicar a aquellos que tienen como único norte el mantenerse en el poder. Esos líderes están utilizando todos los medios de comunicación para mantenernos informados y orientados sobre temas que atañen nuestro diario vivir. Les recomiendo, además de orar y leer la Biblia todos los días, estar atentos a las noticias por diversos canales y medios, para abrir la mente a otras perspectivas. Tengo por costumbre escuchar a los analistas económicos y políticos, tanto neutrales como de las diferentes vertientes, para entender mejor sobre el drama socioeconómico que vivimos y evitar ser víctima de la partidocracia. Leo libros publicados recientemente, entre los cuales les recomiendo por lo menos dos de ellos:

                              Fonseca, Jay. Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal
                              Vélez, Gustavo. El Último Tarjetazo: De la Chatarra a la Oportunidad

Felicito a las iglesias que se han unido en este esfuerzo de orientar y ofrecer talleres y conferencias sobre temas que aunque no son de corte tradicional, son esencialmente bíblicos porque afectan nuestra vida diaria. La Biblia tiene espacio dentro del gran espectro del saber humano. 

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