El
día 3 de julio de este año 2012 cumplí mi primer aniversario de bloguera. Sin
incluir este artículo, he escrito un total de treinta sobre diversos temas
relacionados con las cosas que para mí tienen valor. Todo aniversario debe
conducirnos a una evaluación de los logros alcanzados y los errores cometidos. Antes
de comenzar a lanzar mis escritos utilizando este medio cibernético tuve serias
dudas de que alguien pudiera interesarse en lo que escribo. Luego de meditar sobre el particular, me
apliqué la misiva que siempre ha guiado mi vida: Vale la pena hacer cualquier cosa cuando se tiene mucho que ganar y muy
poco que perder. Desde el primer escrito el resultado me sorprendió. Puedo
decir que hoy día cuento con un buen grupo de asiduos lectores, muchos de los
cuales no conozco. De acuerdo a los comentarios y mensajes que recibo
constantemente, puedo darme cuenta que las personas encuentran valor en lo que
escribo.
Mi interés en comunicarme por escrito
data de muchos años atrás. Desde niña me gustó leer y escribir. A la edad de
quince años yo solía escribir poemas y prosas para expresar mis sentimientos,
pero nunca me aventuré a compartirlos ni aún con mis padres. Los guardaba
celosamente en una caja. Tiempo después de comenzar mis estudios universitarios
me puse a releerlos y los encontré tan cursis que me deshice de ellos. Más
adelante aprendí que un escritor nunca debe deshacerse de sus escritos. ¡Cuánto
he sentido esa mala decisión! Por mucho tiempo dejé mi afición por le
escritura. Sólo escribía para cumplir con mis asignaciones de clase que en nada
estimulaban mi creatividad literaria. Por el contrario, las ahogaban. No existe
nada de romanticismo en la administración de empresas, menos aún cuando uno se
especializa en las áreas de contabilidad y finanzas. Recuerdo específicamente
un incidente que tuve con una de mis profesoras, quien me increpó delante de
todos mis compañeros por usar el buen humor en uno de mis informes. Mis
compañeros se rieron a mandíbula batiente de mis ocurrencias, pero la maestra
se puso furiosa y me hizo sentir como un gusano. No se dio cuenta de que yo
servía para algo más que no fuera escribir fríos análisis financieros. Pasado
el tiempo entendí su reacción, ella no estaba ahí para enseñar literatura. En fin, nunca más en la universidad se me ocurrió
utilizar mi creatividad literaria. Pasé la prueba de fuego y me gradué sin
problema alguno, incorporándome de inmediato al mundo del trabajo (nada
romántico).
No me arrepiento de haber abandonado mi
profesión como contadora y analista financiera dentro del mundo del trabajo
remunerado con el fin de quedarme como ama de casa, pero que a nadie se le
ocurra decirme que esa es una tarea fácil. Desarrollé una psicosis con la
limpieza de la casa, aprendí a cocinar platos exóticos y me volví la jardinera
designada. Mi tiempo libre lo dedicaba a leer, mayormente obras clásicas. Los
libros eran mis compañeros de viaje aún en nuestras vacaciones familiares. Cuando
mi hija menor comenzó la escuela, sentí que las paredes de la casa me atacaban,
por lo que decidí volver a la universidad.
No fue sino hasta cursar estudios
graduados que algunos de mis profesores se percataron de mi habilidad para
escribir. En ese nivel se requiere de la preparación de muchos trabajos
escritos. Para mi sorpresa, uno de esos profesores me dijo que yo escribía
mejor que él. Tal fue mi profesor de filosofía, un integrante del grupo de
estadounidense contratado por la universidad para ofrecer cursos doctorales en
el área de administración y conducta humana. No existía ninguna razón para que
mi profesor me adulara. Ese profesor fue la primera persona en darme estímulo para
lanzarme como escritora. Mi respuesta a él fue simple: “Profesor, haré tal cosa cuando tenga algo importante que comunicar a
mis lectores. Por el momento, tengo que ganar muchas más experiencias de vida y
leer mucho y de todo”. Para ese tiempo tenía la edad de 34 años y mi
meta inmediata era lograr mi permanencia docente en la universidad.
El mayor estímulo para aventurarme en la
difícil tarea de escribir para una publicación lo recibí de mi mentor, Dr.
Justo González, quien me dio la oportunidad de participar de un excelente
taller para escritores auspiciado por la Asociación de Educadores y Teólogos
Hispanos (AETH). Debo indicar que mi invitación fue promovida por mi buen
compañero y amigo Rvdo. Dr. Pablo Jiménez. Dicho taller se celebró en San Juan y
participó un nutrido grupo de personas. Para
mi sorpresa, fui seleccionada para formar parte del siguiente grupo que debía continuar
adiestramiento, esta vez en la ciudad de Decatur, Georgia, USA. Disfruté en gran manera ese taller y con
mucho temor sometí un borrador de mi primer libro. Finalmente, ese libro se
publicó y tuvo mucha aceptación. Todavía hay personas que me llaman solicitando
copia del mismo. Esa pequeña victoria me quitó un poco el miedo a escribir. Mi
eterno agradecimiento a Justo y a Pablo.
Al pasar esta experiencia, me aventuré a
escribir otros libros y artículos en revistas. De hecho, tomé otros talleres
para escritores, dos de ellos conducido por mi buena amiga, la Dra. Rubis
Camacho, quien insistía en que yo podía escribir novelas, pero le expliqué que
yo no tenía madera para ello. Le acepté que sí tenía habilidad para escribir
cuentones (cuentos largos que involucran una trama mayor). Sin embargo, lo hago
cuando se basan en hechos reales, no inventados. Considero de gran interés las
historias familiares. Son réplicas de las historias bíblicas.
Otra cosa difícil en el arte de escribir
es el dominio de la gramática. Cuando comencé a escribir cometía muchos
“horrores” gramaticales. Luego entendí que para corregir esa deficiencia es que
existen los editores. Mi primera editora lo fue la Profesora Milagritos
Archilla, quien posee un dominio absoluto del idioma español. De hecho, la casa
que publicó mi primer libro me informó que las correcciones que ellos hicieron
fueron insignificantes. Milagritos me ayudó, no solo a mejorar mi gramática,
sino mi autoestima. Shirley Rivera me editó mi tesis doctoral, la cual tuve que
escribir en inglés. ¡Eso fue como un parto de gemelos! A la lista de mis
editores debo mencionar a mi buena amiga, la Dra. Pilar Delgado, profesora de
filosofía. Ella también me ha enseñado a expresarme mejor por escrito. La CPA
Mirta Ortiz me ayudó a editar el último libro que escribí sobre el tema de las
finanzas en la iglesia. Finalmente, y no por eso menos importante, tengo que
darle crédito a mi nueva y flamante editora, la Profesora Janet Figueroa, mi
hija. Janet es quien edita mi blog y le pone todas las parafernalias que lo
hacen atractivo.
Amado lector, la labor que realiza un
escritor que busca el bienestar de sus lectores es muy digna. Como toda profesión,
tiene sus encantos, pero también sus desencantos. Poder expresar por escrito la
manera en que uno visualiza el mundo o cualquier evento de la vida es
maravilloso. Sin embargo, los escritores no podemos esperar agradar a todo el
mundo. Siempre tendremos personas que nos aplaudan, pero también quienes estén
dispuestos a tirarnos piedras. Un escritor fiel a sus principios está dispuesto
a perder aún su propia vida por expresar lo que siente.
Han pasado muchos años desde que un
profesor de filosofía me dijo que yo tenía madera de escritora, y pienso que
ahora tengo muchas experiencias que compartir con mis lectores. Desde mi
conversión al evangelio, Dios me dio el don de encontrar en la Biblia un
significado a todo lo que he estudiado y lo que está a mi alrededor. A mi
juicio, son cosas sencillas, pero que no todo el mundo alcanza a entender. Sin
embargo, son conocimientos altamente beneficiosos para disfrutar de la vida. Lo
grandioso es que no es necesario ser miembro asiduo de una iglesia, y voy más lejos,
ni tan siquiera cristiano para disfrutar de ellas. Dios es misericordioso aún
con los que dicen ser ateos. No puedo
dejar de ser maestra. Me duele ver la humanidad sumida en la ignorancia, por
esa causa escribo. Yo lanzo mis escritos al viento y Dios se encarga de
hacerlos reposar en aquellos que lo necesitan.
Gracias por el apoyo que me brindaste durante
todo este año. Si estos escritos te han sido de ayuda, te agradeceré lo hagas
llegar a tus familiares y amigos. Si tienes alguna inquietud o deseas que yo
escriba sobre un tema en específico, favor de enviarme un correo electrónico a loquetienevalor@gmail.com y con
gusto lo desarrollaré para ti. ¡Hasta la próxima!
5 comments:
Bello mami!! Sigue hacia adelante que tienes mucho mucho que aportar. Un beso y un abrazo!!
Hola!
Felicidades en su primer aniversario. Que siga celebrando y siga compartiendo importantes temas.
Saludos, Sonia
Muchas felicidades en tu primer aniversario. Me alegro muchísimo que te atrevieras a hacerlo y además espero que sigas siendo muy exitosa. Gracias! Nora
¡¡¡¡Felicitaciones a la bloguera!!!!! Leo tus blogs desde el principio. Tienes mucho que compartir, por lo que valoro tu blog grandemente.
Un abrazo, amiga y hermana.
Cariños siempre,
Dámaris
Hola tia,
Que este sea el primer aniversario de muchos mas...
Felicidades,
Besos...Di.
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